Cosas de la vida, este año 'Psicosis' ('Psycho', 1960) y 'El Resplandor' ('The Shining', 1980), sendas obras de mis dos directores de cine preferidos, cumplieron años cerrados. Los 50 años del gran clásico de Alfred Hitchcock, y los 30 de la enigmática y controvertida película de Stanley Kubrick las tienen aquí, en plena forma, aún siendo recordadas y debatidas después de tanto tiempo. Ambas jugaron no sólo un rol importante en la historia del cine, sino también dentro de un genero al que comúnmente se les asocia, como es el del terror (o el horror, como señalan otros). Y dentro de ese encasillamiento, ambas corren con ventaja.
En la década de los 50, Hitchcock tuvo uno de sus periodos más memorables y famosos. Esa etapa finaliza, de cierto modo, con 'Psycho', en donde el maestro del suspenso hace uso de su maestría en todos los aspectos posibles. Ya sea montando una campaña viral extraordinaria o dejando en shock a la audiencia cuando la película no iba ni por la mitad. Hitchcock filmó con un ritmo asombroso y trepidante una historia que atrapa, con un final que te deja aferrado a la silla, llevándote a una resolución completamente psicótica. Y para eso, el gran Hitch usó el misterio durante la filmación, un casting soberbio, a un Bernard Herrmann en estado de gracia componiendo su más famoso score, un equipo reducido (venidos en su mayoría de su serie de televisión) y la idea de filmar en blanco y negro completamente a propósito, aun cuando ya hace años había dado el salto al color.
20 años más tarde, Stanley Kubrick entregó una enigmática película, basada en una regular novela de Stephen King. Era el intento del neoyorquino de tener más audiencia, tras la decepcionante taquilla de 'Barry Lyndon', una obra maestra incomprendida por el público de 1975. En esencia, Kubrick se pasó por el forro el detallado, fantasioso y cansino argumento de 'El Resplandor', novela con la que King había alcanzado inusitada notoriedad. En vez de ser fiel al material original, Kubrick prefirió tomar solo los elementos principales y dejar muchos detalles a la intriga y la observación. Agregó material propio y apostó por jugar en un terreno más personal. La película fue un éxito de taquilla, pero la crítica la aplastó. Sin embargo, y como fue habitual en el cine de Kubrick, el correr de los años y las posteriores proyecciones terminaron por elevar a 'The Shining' a película de culto, llena de detalles y juegos mentales, apta para ver con detenimiento y luego, en plan post función, charlar y teorizar.
Dos joyas que, por cierto, vale la pena volver a ver. Por enésima vez.
En la década de los 50, Hitchcock tuvo uno de sus periodos más memorables y famosos. Esa etapa finaliza, de cierto modo, con 'Psycho', en donde el maestro del suspenso hace uso de su maestría en todos los aspectos posibles. Ya sea montando una campaña viral extraordinaria o dejando en shock a la audiencia cuando la película no iba ni por la mitad. Hitchcock filmó con un ritmo asombroso y trepidante una historia que atrapa, con un final que te deja aferrado a la silla, llevándote a una resolución completamente psicótica. Y para eso, el gran Hitch usó el misterio durante la filmación, un casting soberbio, a un Bernard Herrmann en estado de gracia componiendo su más famoso score, un equipo reducido (venidos en su mayoría de su serie de televisión) y la idea de filmar en blanco y negro completamente a propósito, aun cuando ya hace años había dado el salto al color.
20 años más tarde, Stanley Kubrick entregó una enigmática película, basada en una regular novela de Stephen King. Era el intento del neoyorquino de tener más audiencia, tras la decepcionante taquilla de 'Barry Lyndon', una obra maestra incomprendida por el público de 1975. En esencia, Kubrick se pasó por el forro el detallado, fantasioso y cansino argumento de 'El Resplandor', novela con la que King había alcanzado inusitada notoriedad. En vez de ser fiel al material original, Kubrick prefirió tomar solo los elementos principales y dejar muchos detalles a la intriga y la observación. Agregó material propio y apostó por jugar en un terreno más personal. La película fue un éxito de taquilla, pero la crítica la aplastó. Sin embargo, y como fue habitual en el cine de Kubrick, el correr de los años y las posteriores proyecciones terminaron por elevar a 'The Shining' a película de culto, llena de detalles y juegos mentales, apta para ver con detenimiento y luego, en plan post función, charlar y teorizar.
Dos joyas que, por cierto, vale la pena volver a ver. Por enésima vez.