Yeah Yeah Yeahs : It's Blitz!
marzo
El trío de Nueva York se la jugó toda, puso las cartas (y hasta la reputación) sobre la mesa, y salieron victoriosos. El punk-rock garage o art-rock que venían haciendo se fundió de manera notable en este disco de apenas 10 canciones, en donde todas brillan. Sencillamente grandioso.
#2
Sonic Youth : The Eternal
junio
Desde su álbum 'Murray Street' (2002) que Sonic Youth venía mostrando que estaban más vigentes que nunca. Finalizan la década con 'The Eternal', un disco que hace juego con sus tres anteriores, y que de paso se convierte en uno de los mejores de la banda de Nueva York. Gran disco.
#3
Arctic Monkeys : Humbug
agosto
El cuarteto inglés vuelve a la carga con su tercer disco, y salen victoriosos. De la mano de Josh Homme (el cerebro de Queens of the Stone Age), el sonido de la banda de Sheffield se vuelve más oscuro y denso, abandona esa toque adolescente y acelerado. Sin embargo, resulta ser un paso natural y necesario, además de tremendamente interesante.
#4
Gossip : Music For Men
junio
El trío estadounidense de rock indie continúa en su propia ruta, sin saltar ni a las radios, ni a los rankings, ni menos a los grandes estadios. Siguen en lo suyo. Y en 'Music For Men' lo consolidan en su máxima expresión, en un disco en donde caben todos los elementos con los que la banda juega, desde aquellas aceleradas canciones punk-garage hasta aquellas en donde suaves melodías se funden con la carismática y poderosa voz de Beth Ditto.
#5
Air : Love 2
octubre
El dúo francés de electrónica vuelve, tras el fallido disco anterior ('Pocket Symphony', 2007), a un terreno algo más conocido. Y la aventura les resulta. 'Love 2' es un disco con los elementos típicos de Air (en un estricto buen sentido): estilo sofisticado, emoción, combinación de capas sonoras en principio algo distantes. Este disco es un gran regreso.
#6
Gustavo Cerati : Fuerza Natural
septiembre
Cerati, en términos generales, siempre ha lanzado discos buenos. Este es eso, pero algo más. 'Fuerza Natural' es una colección de lo que, probablemente, sea lo mejor que pueda dar de sí el ex Soda Stereo. Se trata, a nivel global, de un álbum entretenido y bien ejecutado, con las típicas ideas que el argentino imprime en las letras de sus canciones, aquí acompañadas por sonoridades para disfrutar de principio a fin.
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