Cuando ayer se supo de la muerte de David Carradine [1], de 72 años, la noticia circuló de manera rápida. Su muerte, que en un principio suponía suicidio, derivó rápidamente en otras teorías. Independiente de lo que fuera -siendo la teoría de hipoxifilia [2] la más difundida a estas alturas- , la noticia perturbó a muchos. Claramente hablamos de la pérdida de un gran actor, que muchos recuerdan con cariño gracias a Kung Fu [3], serie de la primera mitad de los setenta de la cual Carradine era el protagonista, hasta quienes tenemos más en mente al "villano" de Kill Bill [4] [5], la película de Tarantino presentada en dos volúmenes debido a su duración.
Una lástima la muerte de este emblemático actor, del cual quedará su obra para revisitarlo.
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