lunes, 4 de agosto de 2014

Cuando Le Toca Al Abuelo

Mi abuelo siempre fue relativamente sano. Bastante, en realidad. Verlo en la cama de la clínica fue raro, algo nuevo. Nunca había llegado a esa instancia. Entrar a la habitación, que estuviera con ayuda para respirar, esa tos, ese pecho que suena. Fue nuevo. Con mi abuela fue habitual, casi normal es sus últimos dos o tres años.

Cuando le hablé, le miraba de frente; si no lo hacía, simplemente él no distinguía qué rayos estaba diciendo. Se está quedando sordo. Yo hablo despacio y no muy bien, así que debía ayudarle. Pero está lúcido. Recuerda las mismas historias con las que ha transmitido desde siempre. Entre eso, volvió a agradecerme los escritos que traspasé a computador. ¡Recuerdo los meses que tomó eso! No tenía mucho tiempo para dedicarle y me daba un pereza ponerme a "traducir" su letra y pasar todo a ese Word que se hacía interminable. Pero él lo recordaba y lo contaba con orgullo. Eso me alegró.


La enfermera con la bandeja y la once me pareció demasiado temprano. Sorprendentemente, comió todo. Esas dos tazas de té, ese pan, las galletas, la mermerlada, la miel, el pastelito. Todo. Me ofreció del pastel... pero le dije que no. Insistió, y mientras buscaba para darme, se percató que ya lo había acabado. Al final no lo probé, pero no me importaba realmente.

Es la primera vez que mi abuelo está hospitalizado. Fue sorpresivo. Ahora se ha quejado... Dice que cinco días son muchos. Ya lleva más de la mitad, pero insiste en irse antes. En su caso, probablemente estaría igual. Después de todo, ni él ni yo hemos estado nunca hospitalizados por nada (hasta donde sé, aunque bueno, él ahora sí lo ha estado).

Ya ni sé por qué he escrito esto... No tenía "entradas" desde hace tiempo, y en general trataba de escribir cosas que a alguien pudiera interesar. Pero pensándolo, ni esto ni lo otro tienen público. Lo escribo para almacenarlo, para decirlo al aire, a quién lo vea. ¿Podría interesar mi abuelo a alguien que googleando llegué acá? Difícilmente. Pero pienso en mi abuelo, en sus cuadernos con escritos que, tal como dice él, no despiertan demasiado interés en el resto de la familia. Yo leí casi todo mientras estaba en ese proceso de traspasar esos textos. Conocí varias historias, incluyendo algunas bastante fuertes de su infancia, o que guardaban relación con algunos de sus hermanos.

En este momento él debe estar en esa habitación que comparte con un desconocido. Tal vez tenga visitas. Tal vez no. En cualquier caso, debe estar resongando, pensando en irse, con esa cosa en la nariz que molesta y en esa cama que, será cómoda y todo, pero vaya que jode también.

Saldrá esta vez.

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