martes, 28 de diciembre de 2010

'Psycho' Y 'The Shining': Dos Clásicos De Aniversario

Cosas de la vida, este año 'Psicosis' ('Psycho', 1960) y 'El Resplandor' ('The Shining', 1980), sendas obras de mis dos directores de cine preferidos, cumplieron años cerrados. Los 50 años del gran clásico de Alfred Hitchcock, y los 30 de la enigmática y controvertida película de Stanley Kubrick las tienen aquí, en plena forma, aún siendo recordadas y debatidas después de tanto tiempo. Ambas jugaron no sólo un rol importante en la historia del cine, sino también dentro de un genero al que comúnmente se les asocia, como es el del terror (o el horror, como señalan otros). Y dentro de ese encasillamiento, ambas corren con ventaja.

En la década de los 50, Hitchcock tuvo uno de sus periodos más memorables y famosos. Esa etapa finaliza, de cierto modo, con 'Psycho', en donde el maestro del suspenso hace uso de su maestría en todos los aspectos posibles. Ya sea montando una campaña viral extraordinaria o dejando en shock a la audiencia cuando la película no iba ni por la mitad. Hitchcock filmó con un ritmo asombroso y trepidante una historia que atrapa, con un final que te deja aferrado a la silla, llevándote a una resolución completamente psicótica. Y para eso, el gran Hitch usó el misterio durante la filmación, un casting soberbio, a un Bernard Herrmann en estado de gracia componiendo su más famoso score, un equipo reducido (venidos en su mayoría de su serie de televisión) y la idea de filmar en blanco y negro completamente a propósito, aun cuando ya hace años había dado el salto al color.

20 años más tarde, Stanley Kubrick entregó una enigmática película, basada en una regular novela de Stephen King. Era el intento del neoyorquino de tener más audiencia, tras la decepcionante taquilla de 'Barry Lyndon', una obra maestra incomprendida por el público de 1975. En esencia, Kubrick se pasó por el forro el detallado, fantasioso y cansino argumento de 'El Resplandor', novela con la que King había alcanzado inusitada notoriedad. En vez de ser fiel al material original, Kubrick prefirió tomar solo los elementos principales y dejar muchos detalles a la intriga y la observación. Agregó material propio y apostó por jugar en un terreno más personal. La película fue un éxito de taquilla, pero la crítica la aplastó. Sin embargo, y como fue habitual en el cine de Kubrick, el correr de los años y las posteriores proyecciones terminaron por elevar a 'The Shining' a película de culto, llena de detalles y juegos mentales, apta para ver con detenimiento y luego, en plan post función, charlar y teorizar.

Dos joyas que, por cierto, vale la pena volver a ver. Por enésima vez.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Mi Disco Del Año: "The Suburbs" de Arcade Fire


Descubrí a Arcade Fire [1] un poco tarde, cuando el segundo disco ya llevaba un tiempo en la calle. Sin embargo, con esta banda canadiense fue amor a primera vista. O a primera escucha. Y ya conociéndolos, viví más de cerca la aparición de 'The Suburbs', el tercer disco de estudio de este sexteto de Montreal, que ha terminado por marcar completamente este año.

Al escuchar el disco las primeras veces, no podía creer lo bueno que era. Me resultaba hasta insólito que después de dos primeros discos tan grandiosos, vinieran y se despacharan una nueva joya. Pero ya con el correr de los meses (el álbum fue lanzado en agosto), empecé a creer que, en realidad, el disco era completamente lógico. Lo verdaderamente extraño hubiera sido un error, un álbum lamentable, un fiasco. 'Funeral' (2004) fue un debut sorprendente y sólido; a su vez, 'Neon Bible' (2007) fue una muestra de que la banda no era un chispazo, una mera casualidad. No, aquí había genio. Por eso, que el tercer disco fuese grandioso era casi lo esperable.

'The Suburbs' es el más variado y creativo de los álbumes publicados, aunque tal vez le falte una pizca de la frescura del primero, y otra pizca de la solidez del segundo. Pero es por decir algo, ya que se trata de un disco que consigue innovar y que, a la vez, lleva a su máxima expresión el sonido con el que nos habían deleitado. Muestra de un lado y otro son, por ejemplo, "Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)" y "Ready To Start", una suma de aciertos en un disco donde no sobra nada.