lunes, 4 de agosto de 2008

'Wall-E' & 'The X-Files: I Want To Believe' : Dos Mundos

Antes de que terminara el 2007, sabía cuales serían las dos películas que vería este año con seguridad: por una parte, el noveno film de mis héroes de Pixar [1], "Wall-E" [2], y el retorno de Mulder y Scully a través de "Los Expedientes Secretos X: Quiero Creer" [3], segunda película de una de las series más famosas y alabadas de la década anterior [4].

¿Podría Pixar volver a superarse?. ¿Sería buena idea revivir una serie que ya terminó hace seis años?. Todo era cuestión de tiempo. De meses. De una mitad de año que, en ese instante, estaba por venir.


Wall-E es un desafío en varios sentidos. El enfoque es tan serio y conmovedor que se vuelve difícil de expresar de una forma clara. Wall-E, el personaje, es entrañable. Carismático, creativo y con corazón. Todo eso y más en un robot de forma cuadrada que tiene la pesada labor de compactar la basura de un planeta destruido, cuyos habitantes se han marchado hace 700 años atrás esperando a que mejore, y cuya vida actual a bordo de una nave-hotel-centro comercial es superficial, aburrida y patética.
Wall-E, dirigida y escrita por el histórico integrante de Pixar Andrew Stanton [6] ("Buscando A Nemo" [7], 2003), es un paquete de historias y mensajes perfecto. Así, tal cual, como lo suele hacer Pixar. Aquella historia de amor con Eva, aquella aventura espacial, aquella del mensaje ecológico, aquellas referencias a Stanley Kubrick [8], aquella magia. El hecho de que los primeros treinta o cuarenta minutos de la película no contengan ninguna voz, y sólo se oigan pequeños ruidos mecánicos, habla justamente de un riesgo por hacer algo diferente. Esta vez de algo visual, de algo que no necesita palabras. Pues sí: Wall-E es así como la cruza entre Kubrick y Chaplin [9], entre "2001: Odisea Del Espacio" y "Luces De La Ciudad", con aquella magia que sólo Pixar, el mejor estudio de animación del mundo, sabe dar. Definitivamente, mi película del año.

En la otra vereda, "Los Expedientes Secretos X: Quiero Creer" ("The X-Files: I Want To Believe"), creación de Chris Carter, marca el retorno de una de las series emblema de la década de los noventas. "Los Expedientes X" [1993] ha sido siempre una de mis series de televisión preferidas, aunque la ubicaría como en mi cuarto o quinto lugar personal.
La serie fue la que creó el estilo cinematográfico en la pantalla chica, y en este sentido le deben muchísimo otras surgidas con posterioridad, como "Los Soprano", "24" o "Lost". La incursión previa en el cine de Mulder y Scully, los personajes principales, fue en 1998 con "Fight The Future", y el saldo fue bastante bueno. Aquel estreno, ocurrido entre la quinta y la sexta temporada, significó el peak de fama del programa, y logró sumar un montón de seguidores más.
Pero, diez años después de eso, y a seis del término de la serie, ¿era necesaria una nueva película? Yo diría que sí, que todavía se podían contar más historias. Además, el final abierto de su último episodio permitía seguir avanzando en la historia central del programa, aquella mitología llena de conspiraciones.
Y a pesar de la desfavorable recepción, tanto de críticos, fans y taquilla, yo la he encontrado bastante decente. Algo así como un episodio de calidad media, que trae de vuelta a una de las parejas más emblemáticas de la televisión. Claro, muchos elementos mal planteados, algunos lugares comunes y una historia que no engancha del todo se contrastan con una atmósfera que rescata el espíritu del programa (aunque algunos digan lo contrario) y terminan por originar una película que se defiende, que no es un completo fiasco.